Parece ser que hay una regla no escrita, de cómo deben de ser los carteles publicitarios de inmobiliarias. Nadie se ha hecho la pregunta de porque son así, o porque visto uno, vistos todos. Todos se rigen por un mismo patrón. Ahora bien, ¿existe un punto de equilibrio entre funcionalidad y estética en los carteles publicitarios? ¿mi cartel va a tener más visibilidad por ser más bonito?
Por el mismo hecho de que asociamos el color Rojo a Coca-Cola, el cartel de inmobiliaria está arraigado en lo más profundo del imaginario colectivo de nuestras calles. Es más, aunque no nos hayamos dado cuenta, pocas serán las calles de ciudades importantes que no convivan cientos de estos carteles. Y aquí la pregunta más importante, ¿qué es lo que hace diferente a un cartel de otro para que llame más la atención? Surge la eterna duda de cómo hacer más visible o más llamativo ese cartel, para que llegue a más público. La dualidad Funcionalidad vs Estética. ¿Cómo llegar a este equilibrio?
El primer concepto a la hora de crear un cartel útil y a la vez elegante, es seguir la máxima de la CBC (Claro, Breve y Conciso). En comunicación y en publicidad es mejor transmitir una idea y bien, que 3 y mal. No es lo mismo decir: ” quiero transmitir una idea de seriedad y formalidad en un cartel”, que ”quiero que mi cartel sea elegante, que sea en 3 colores, y que ponga la dirección y la página web”. En el primero tan solo tienes la limitación de ser serio y formal sin ningún condicionante. En la segunda opción, los condicionantes como el color, y los datos predominan por encima de que el cartel sea elegante.
Por otro lado, el cartel publicitario de inmobiliarias, debe estar pensado como elemento comunicativo. Su único fin es poner en contacto a un posible comprador con el vendedor. Todo lo que hay en dicho cartel que no sea un elemento de comunicación entre estas dos partes es un elemento accesorio o prescindible. SÍ, PRESCINDIBLE. Prescindible a nivel comunicativo entre estas 2 personas. Surge la duda entonces, ¿de qué se puede prescindir? O ¿cómo reducir a la mínima expresión comunicativa un cartel? ; Pues prácticamente cualquier elemento que no sea un número de teléfono o web/email y las palabras mágicas de ‘Alquila’ y ‘Vende’, es susceptible de quitarlo. O sea, que un logo no es imprescindible como elemento comunicativo en un cartel de inmobiliaria, a no ser que no seas una inmobiliaria con tanto reconocimiento que te reconozcan por tu logo, y este tenga ese valor comunicativo/asociativo. Como lo de la Coca-Cola y el color rojo.
Más allá de esta indispensable adecuación entre funcionalidad y el diseño, también se pueden obtener otras formas de llegar a través de lo inesperado, lo nuevo o lo rompedor. Esto se puede conseguir a través de las formas, colores, texturas,.. etc. imaginación ante todo. Entre dos carteles iguales prestaciones técnicas (p.e. cartel polipropileno de 600gr/m2, medidas, etc…) cualquier usuario elegirá el que le resulte más atractivo o llamativo. En este punto hay un vacío subjetivo, tanto en cuanto, de que cada persona tiene una percepción de la realidad y su entorno diferente, y esto hace que no hay una verdad absoluta. Y sí, lo que a tí te puede encantar, a mí me puede parecer un sacrilegio.
En mi opinión, lo que es innegable es que hay que tener una estrategia de marca a la hora de comunicar una idea a través de un cartel de inmobiliaria, y estudiar muy bien cuáles son los elementos comunicativos (teléfono, email, ¿logo?) que van a componer mi cartel. Con estos datos un ‘buen’ Diseñador Gráfico, y ojo he dicho ‘buen’, no tendrá problemas en transmitir la idea a un elemento tangible, y realizar un cartel de inmobiliaria único y hecho a medida.
O quizá todo lo anteriormente no sirva, y simplemente, la gente no se fije en lo llamativo del cartel. Si no en lo bien ubicado que está esa casa, si tiene vistas o si está cerca del colegio para los niños. En este caso el cartel es tan solo un elemento comunicativo e importa poco el diseño del cartel.